En Ourense, concretamente en el ayuntamiento de Carballeda de Valdeorras, se puede localizar uno de los tesoros de la naturaleza gallega, y desde mi punto de vista europea: El "Teixedal de Casaio".Se trata de un bosque de tejos, de una edad que ronda los 400 años según el ingeniero forestal Eduardo Olano Gurriarán y que están acompañados también de servales, acebos y robles.
El tejo es un arbol muy apreciado, porque su madera es muy dura, no pudre y tiene una elasticidad extraordinaria, y esto ha hecho que desde hace muchos siglos se usara para elaborar ruedas de carro, para construir el arbolado de las embarcaciones vikingas e incluso para los arcos largos de los ingleses, hecho este que casi lo lleva a la extinción en las Islas Británicas durante la Edad Media.
Para los celtas era un árbol sagrado, con sus ramas los druídas hacían bastones ; y en sus narraciones Julio César cuenta la historia de Catuvalcus, jefe de los eburones, que para no caer en manos romanas se suicida tomando una infusión de las hojas de éste árbol.
El tejo es uno de los seres vivos más longevos de la naturaleza. Algunos ejemplares vivientes se datan de hace 2.000 años y quizás esto unido a sus propiedades extremadamente tóxicas puesto que todas las partes del árbol, excepto la carne de sus bayas, contiene toxinas, le hayan colocado en un lugar tan especial dentro del mundo de creencias de los celtas.
Otra característica de los "teixos" es que suelen encontrarse en la naturaleza de forma aislada, por eso, el encontrarnos con 408 ejemplares de tejos, formando un hermoso bosque, en Peña Trevinca es algo digno de mención.
Y no sólo de mención. Lo que hay que hacer es ir allí y disfrutarlo. Con todo el respeto que hay que tener a la naturaleza, pero gozando de los sentidos y perdiendo la noción del tiempo y del espacio. Quien se pase por allí y encuentre este tesoro escondido, estoy segura que jamás lo olvidará.
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