Cada día ingerimos cierta cantidad de sustancias de las que no somos conscientes, pero que sirven para ofrecernos una presentación más apetitosa de los alimentos e incitarnos a su consumo, modificando sus caracteres organolépticos y mejorando su conservación. Estos "añadidos" son los que se conocen como aditivos alimentarios.
Por sí mismos, estos aditivos no son buenos ni malos. El problema está en la cantidad ingerida por cada persona en un determinado período de tiempo. Existen unos índices denominados IDA, Ingesta Diaria Admisible, que son los que miden la inocuidad o peligrosidad del aditivo en cada caso particular.
En Europa, los aditivos que se acompañan a los alimentos y bebidas, tiene que ir puestos en el envoltorio, y se identifican fácilmente porque llevan delante la letra E, seguida de un número. Por ejemplo, E-102 (un colorante)
Hay varias categorías de aditivos: aromatizantes, colorante, conservantes, antioxidantes, acidulantes, edulcorante, espesantes, derivados del almidón, saborizantes y emulsionantes. Si tú, lector, quieres saber la lista de aditivos que están permitidos en España, no tienes más que pinchar aquí, y de paso podrás apreciar que no hay mucho acuerdo entre los paises para prohibir o permitir el uso de unos u otros aditivos.
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