02 noviembre 2007

Henrietta Lacks

Henrietta Pleasant nació en Halifax, Virginia el 18 de agosto de 1920 y se casó con David Lacks. Con él tuvo varios hijos y con él se fué a vivir a Baltimoro, Maryland. Apenas tres meses después de dar a luz a su quinto hijo le diagnosticaron cáncer de cuello uterino. Con apenas 31 años, fallece el 4 de octubre de 1951, víctima de dicho cáncer.

Ésta joven afroamericana, una mujer anónima, es una de las personas a las que más debe la experimentación científica, el avance en medicina y como es lógico las miles de personas que nos beneficiamos del progreso médico.

Y es que en su momento, los médicos tomaron muestras de su cáncer y en esa biopsia se encontraron con unas células con unos comportamientos muy especiales , y es que manteniéndolas en un ambiente adecuado no paraban de multiplicarse, de dividirse un número ilimitado de veces y no envejecían. Por lo que he leído en la Wikipedia, las células HeLa, que es así como se las conoce, tienen una versión activa de la enzima telomerasa durante la división celular, que impide que el acortamiento de los telómeros y que está implicada en el envejecimiento y la eventual muerte de las células. De esta manera, las células HeLa eluden el límite Hayflick que es el número limitado de divisiones celulares que la mayoría de las células normales pueden sufrir antes de morir en el cultivo de células.

En la actualidad es tal la magnitud del cultivo de células HeLa por parte de laboratorios de todo el mundo, que la masa total de células HeLa supera ampliamente la masa total que en su día tuvo el cuerpo de Henrietta Lacks.

Es curioso que en la mitología nórdica, la diosa o giganta Hela o Hel era la encargada de uno de los tipos de muertos. La mitad derecha de su cuerpo era realmente hermosa, pero la mitad izquierda de este era igual al de un cadáver en putrefacción y de él despedía un olor nauseabundo.

La entrada la he realizado luego de leer la entrada que hay al respecto en la página de Microsiervos.

2 comentarios:

Pep dijo...

Y no sólo la ciencia es la que más debe a Henrietta Lacks...también millones de seres anónimos, que gracias a esos avances logrados han podido y podrán salvar sus vidas. No conocía la historia, pero me ha encantado leerla y comentarla.

Un beso!!
Pep

raindrop dijo...

me ha gustado este post (hay tantas personas sorprendentes en este mundo)