22 julio 2008

O vello e o sapo

El próximo día 24, pasado mañana, en Cotelas, ayuntamiento ourensano de Piñor, se va a proyectar el documental "Os Satélites", realizado por Francisco Lodeiro Gómez.

Los Satélites es una orquesta que nació a finales de la guerra civil española, en A Coruña. Durante la década de los cincuenta y sesenta tuvieron su edad de oro. Fué la primera orquesta gallega en cruzar el Atlántico, y de allí volvieron con nuevos sones, aunque no se sabía que se llamaban "salsa". A lo largo de tantos años, por sus filas pasaron muchísimos músicos, pero el más famoso de ellos fué Pucho Boedo, aunque dejó la formación para entrar a formar parte de otra orquesta también con solera, Los Tamara.

Aunque el documental versa sobre Los Satélites, tan admirados por mi querido Paco Lodeiro (el presentador de "Cifras e Letras" en sus versiones autonómicas), a mí quien realmente me gusta es la figura de Pucho. La orquesta le sirvió para aprender un montón de cosas, pero su personalidad era la de un auténtico romántico que con su voz puso banda sonora a muchas parejas de aquellos años, además de traer nuevos ritmos y atreverse también con poemas de los grandes autores gallegos e incluso con canciones cantadas enteramente en su lengua vernácula, a pesar de estar prohibida por el régimen dictatorial de la época.Fué un hombre de mundo, en una España pueblerina, que cantó con Charles Aznavour, o Jacques Brel.

He tratado de buscar algo de Pucho Boedo en su época de Los Satélites, pero no encontré nada, así que aquí dejo un montaje que ví en el Youtube, que tiene como banda sonora una canción titulada "O vello e o sapo", cantada por Pucho acompañado de Los Tamara y basada en el poema del mismo nombre de Manuel Curros Enríquez,y con música del fundador del grupo Prudencio Romo



O vello e o sapo
Da aldea lonxana fumegan as tellas;
detrás dos petoutos vai póndose o sol;
retornan prós eidos coa noite as ovellas
tiscando nas beiras o céspede mol.

Un vello, arrimado nun pao de sanguiño,
o monte atravesa de cara ó pinar.
Vai canso; unha pedra topóu no camiño
e nela sentóuse pra folgos tomar.

-¡Ai! -dixo-, ¡qué triste!
¡qué triste eu estóu!
I on sapo, que oía,
repuso: -¡Cro, cro!

¡Ás ánemas tocan! ... Tal noite como ésta
queimóuseme a casa, morréume a muller;
ardéume a xugada na corte, i a besta,
na terra a semente botóuse a perder.

Vendín prós trabucos bacelos e hortas
e vou polo mundo de entón a pedir;
mais cando non topo pechadas as portas
os cans sáienme a elas e fanme fuxir.

- Canta, sapo, canta;
tí i eu ¡somos dous! ... -
I o sapo choroso,
cantaba: -¡Cro, cro!

Soliños estamos entrambos na terra.
mais nela un buraco tí alcontras i eu non;
a ti non te morden os ventos da serra,
i a min as entranas i os ósos me rón.

Tí, nado nos montes, nos montes esperas,
de cote cantando, teu térmeno ver;
eu, nado entre os homes, dormendo entre as feras,
e morte non hacho, si quero morrer.

-Xa tocan ... Recemos,
¡que dicen que hai Dios! ...-
El reza, i o sapo
cantaba: -¡Cro, cro!

A noite cerraba, i o raio da lúa
nas lívidas cumes comenza a brillar;
curisco que tolle nos álbores brúa
i escóitase ó lexos o lobo oubear.

O probe do vello cos anos cangado
erguéuse da pedra i o pau recadóu;
viróu para os ceos o puño pechado,
e cara ós touzales rosmando marchóu ...

Cos ollos seguíndoo
na escura estensión,
o sapo quedouse
cantando: ¡Cro, cro!.

Nota: Uffff, púxoseme a carne de galiña.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pucho Boedo aprendió bastante de un componente de los satélites, el saxofonista y clarinetista, Jose Crespo Campos, que era el único del grupo con una educación musical formal completa de conservatorio, el que orquestaba y arreglaba la mayoría de piezas del grupo.

A su vez este tuvó como maestro al legendario, lamentablemente fallecido, Magantos, un profesor de música de primer nivel, que todos los músicos de A Coruna conecen.