Esta mañana el autobús de la línea San Pedro-Coruña, de la empresa Autos Cal Pita, S.A., salió de la cabecera de la línea a las 8 de la mañana, y llegó a la Plaza de Cuatro Caminos a las 9:45. Cuando yo me apeé todavía tenía que llegar hasta Puerta Real y luego, de ahí, ir a la Estación de Autobuses, así que imagino que su recorrido ha tenido una duración no inferior a 2 horas.
¿Y luego quieren que usemos el transporte público?
Es cierto que hoy había un poco más de tráfico del habitual porque amaneció un día lluvioso, y ya se sabe que en estas circunstancias tan extrañas para nosotros, todo el mundo utiliza el coche privado. Es cierto que hay obras en la Cuesta de la Tapia. Pero, ¡DOS HORAS!
El conductor tuvo la brillante idea de llenar el autobús hasta los topes, y cuando la gente ya no podía entrar por delante, abrió la puerta trasera y varias personas consiguieron encajarse entre el resto de usuarios que ya estábamos dentro, eso sí, con la inmensa alegría de no pagar billete. Claro que peor suerte tuvieron los que llevaban esperando el autobús desde tan temprano y no pudieron subirse a él por falta de espacio físico (aunque el exceso de viajeros ya se superó en mi parada).
No entiendo como no pueden reforzar el servicio con más autobuses en días como hoy. El conductor puede hacer una simple llamada de radio a la oficina, comunicar la situación, y éstos mandar un autobús que recoga al menos a las personas que están a partir de Fonteculler, donde ya no hay atasco. Mucho mejor que dejar a esas personas tiradas en su parada, como ha sucedido hoy, porque ya era imposible que subiera más gente.
Porque esa es otra, el trato de la empresa a los usuarios. La concesión que tienen es como una patente de corso. Ellos hacen y deshacen, y nadie les dice nada. Y si algún intrépido viajero se atreve a protestar, encima le toman a pitorreo.
Los horarios no los cumplen, de hecho, es rarísimo el autobús que sale puntual de la Estación de Autobuses cuando tienen el cambio de conductor. Y no es excepcional que eliminen servicios sin previo aviso, como sucede con el de las 20:45, más conocido como "el fantasma". La última novedad ha sido la supresión de las paradas del autobús de las 8:30 en el centro, yendo directamente a la Estación, a pesar de que casi todo el mundo que utiliza ese autobús iba hasta el centro y con la pillería de poner el aviso tres días antes, aunque datado quince días atrás. Los últimos modelos de autobuses que han adquirido son peores que los que había hace quince años (pocos asientos, escalones altísimos, estrechez con los asientos delanteros, etc.) y mientras tanto el viaje cuesta 1,25 euros (con la tarjeta se realiza un descuento automático quedando el importe del billete en 0,67, y la diferencia la abona la Xunta de Galicia, con cargo a los impuestos que pagamos todos) que no es moco de pavo.
Desde hace años se habla del billete único, de los trasbordos gratuítos, de patatín, de patatán.......estoy totalmente convencida de que no interesa a nadie mejorar el transporte porque al fín y al cabo, ¿quién lo utiliza?, pues en un 90% lo usan jubilados, estudiantes y mujeres trabajadoras. Es una realidad. Los autobuses van llenos de mujeres que van a limpiar casas, dependientas, oficinistas y estudiantes (la mayor parte de los hombres se pueden meter en esta categoría). Al fin y al cabo son votos de "poca calidad".
¿Qué sucedería si los gobernantes tuvieran que ir a su trabajo en transporte público? Creo que el tema estaría tratado de forma completamente diferente, pero como eso no sucede, en pleno siglo XXI tardo más de una hora en recorrer 10 kilómetros, y en días normales la cosa tampoco es para tirar cohetes puesto entonces el tiempo que se pierde es de media hora de reloj, y siempre a la Estación de Autobuses.
Mientras tanto, y como dijo un muchacho de la parada del Crucero Baleares: "-¡ Adiante conductor, que onde caben vinte, caben cincuenta!".
Los horarios no los cumplen, de hecho, es rarísimo el autobús que sale puntual de la Estación de Autobuses cuando tienen el cambio de conductor. Y no es excepcional que eliminen servicios sin previo aviso, como sucede con el de las 20:45, más conocido como "el fantasma". La última novedad ha sido la supresión de las paradas del autobús de las 8:30 en el centro, yendo directamente a la Estación, a pesar de que casi todo el mundo que utiliza ese autobús iba hasta el centro y con la pillería de poner el aviso tres días antes, aunque datado quince días atrás. Los últimos modelos de autobuses que han adquirido son peores que los que había hace quince años (pocos asientos, escalones altísimos, estrechez con los asientos delanteros, etc.) y mientras tanto el viaje cuesta 1,25 euros (con la tarjeta se realiza un descuento automático quedando el importe del billete en 0,67, y la diferencia la abona la Xunta de Galicia, con cargo a los impuestos que pagamos todos) que no es moco de pavo.
Desde hace años se habla del billete único, de los trasbordos gratuítos, de patatín, de patatán.......estoy totalmente convencida de que no interesa a nadie mejorar el transporte porque al fín y al cabo, ¿quién lo utiliza?, pues en un 90% lo usan jubilados, estudiantes y mujeres trabajadoras. Es una realidad. Los autobuses van llenos de mujeres que van a limpiar casas, dependientas, oficinistas y estudiantes (la mayor parte de los hombres se pueden meter en esta categoría). Al fin y al cabo son votos de "poca calidad".
¿Qué sucedería si los gobernantes tuvieran que ir a su trabajo en transporte público? Creo que el tema estaría tratado de forma completamente diferente, pero como eso no sucede, en pleno siglo XXI tardo más de una hora en recorrer 10 kilómetros, y en días normales la cosa tampoco es para tirar cohetes puesto entonces el tiempo que se pierde es de media hora de reloj, y siempre a la Estación de Autobuses.
Mientras tanto, y como dijo un muchacho de la parada del Crucero Baleares: "-¡ Adiante conductor, que onde caben vinte, caben cincuenta!".
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