07 julio 2008

Cyrano de Bergerac

CYRANO. -
Mira mi cara,
amigo, y dime si puedo
alimentar esperanzas.
¡Bah! ¡No me forjo ilusiones!
A veces, en noche plácida,
a la hora en que su perfume
más suave la flor exhala,
entro en su jardín, husmeando
mi naríz en su fragancia
hálitos de primavera
que me seducen y embriagan.
Parejas amantes veo
que sus manos entrelazan
envueltas en argentinos
rayos; brotar en mi alma
siento amoroso deseo,
y pienso: ¡Ay de mí! ¡Cuán grata
emoción tener al lado
la mujer a quien se ama!....
Y sueño, y el mundo olvido.....
y, de pronto, proyectada
miro mi sombra ridícula
de aquel jardín en la tapia.

LEBRENAR.- (Conmovido)
¡Pobre amigo mío!

(De Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand)

A mí me sucede muchas veces lo que al pobre de Cyrano, ..... Y sueño, y el mundo olvido.....y, de pronto.....me doy de frente con la cruda realidad y ya estoy llena de chichones.

No hay comentarios: