Al hilo de la entrada anterior, me viene a la mente la primera vez que leí sobre el Nautilus, el submarino del capitán Nemo.
Quizás el lector no sepa a cuento de qué se relacionan la batalla de Rande y el magnífico artefacto soñado por Julio Verne, pero es que según la novela 20.000 leguas de viaje submarino, el capitán Nemo era inmensamente rico ya que era conocedor de un gran tesoro sumergido, y dicho tesoro provenía justamente del sitio donde había tenido lugar la batalla de Rande.
A la edad de diez o doce años me regalaron La isla misteriosa, y es ahí donde conocí al capitán y donde me imaginé aquel maravilloso mundo acuático en donde reinaba el Nautilus, que si tecnológicamente era insuperable, en mis sueños infantiles gozaba mucho más con lo que sus gruesos vidrios permitían atisbar de las profundidades marinas.
También me fascinó el misterioso capitán Nemo, con su amor a la ciencia y su ansia de justicia.
En la Casa de los Peces de A Coruña hay una sala dedicada al gabinete del capitán Nemo, en homenaje a Julio Verne.En ella se presenta una colección de pinturas, catalejos, muebles, grabados, cartas de navegación, etc, que tienen alguna relación con el personaje de Julio Verne. La sala está rodeada de una piscina de agua de 4,4 millones de litros de agua, en donde se pueden ver varios centenares de peces como tiburones, escachos, rodaballos, etc, a través de sus inmensos ventanales.
Si a todo esto le añadimos la música de que suena de fondo, es fácil entender que a cualquier visitante le resulte "mágico".
Quizás el lector no sepa a cuento de qué se relacionan la batalla de Rande y el magnífico artefacto soñado por Julio Verne, pero es que según la novela 20.000 leguas de viaje submarino, el capitán Nemo era inmensamente rico ya que era conocedor de un gran tesoro sumergido, y dicho tesoro provenía justamente del sitio donde había tenido lugar la batalla de Rande.
A la edad de diez o doce años me regalaron La isla misteriosa, y es ahí donde conocí al capitán y donde me imaginé aquel maravilloso mundo acuático en donde reinaba el Nautilus, que si tecnológicamente era insuperable, en mis sueños infantiles gozaba mucho más con lo que sus gruesos vidrios permitían atisbar de las profundidades marinas.
También me fascinó el misterioso capitán Nemo, con su amor a la ciencia y su ansia de justicia.
En la Casa de los Peces de A Coruña hay una sala dedicada al gabinete del capitán Nemo, en homenaje a Julio Verne.En ella se presenta una colección de pinturas, catalejos, muebles, grabados, cartas de navegación, etc, que tienen alguna relación con el personaje de Julio Verne. La sala está rodeada de una piscina de agua de 4,4 millones de litros de agua, en donde se pueden ver varios centenares de peces como tiburones, escachos, rodaballos, etc, a través de sus inmensos ventanales.
Si a todo esto le añadimos la música de que suena de fondo, es fácil entender que a cualquier visitante le resulte "mágico".
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