24 septiembre 2007

La tristeza de Einstein

Este es uno de los retratos más conocidos por todos de Albert Einstein.

Su autor es Philippe Halsman, un austríaco nacido en 1906. De joven fué acusado y condenado por el asesinato de su padre aún cuando las pruebas lo eximían de tal hecho. La familia solicitó la colaboración de personalidades conocidas de la época, e incluso Einstein escribió una carta al presidente Wilhelm Miklas. Al final, y tras un segundo juicio, se convino en dejar libre al señor Halsman siempre y cuando éste no volviera jamás a Austria.

Se instaló en Francia, y de nuevo tuvo que irse rápidamente del país cuando los alemanes invadieron la nación gala, puesto que el fotógrafo era judío y ya todos sabemos de como se las traían con ellos los nazis. En esta segunda escapada, de nuevo le ayuda el señor Einstein proporcionándole un visado.

Instalado en USA, se hace amigo del científico y dadas las circunstancias entablan una relación muy personal.

Un buen día le pide permiso para fotografiarlo, y aunque Einstein no era muy partidario de dejarse retratar, consiente en el deseo de su amigo: Einstein trabaja y Halsman lo observa a través de la lente de su cámara. De pronto, el físico comienza a hablar mirando a la cámara sobre lo mal que se siente al haber contribuído de algún modo a la construcción del a bomba atómica e indirectamente a la muerte de tantos cientos de miles de personas
Se hizo un momento de silencio y mientras se disponía a apretar el disparador de la cámara, Halsman le preguntó: «Entonces, ¿no cree que algún día habrá paz? No, –contestó Einstein–mientras exista el hombre, habrá guerras»

¿Entendéis ahora la tristeza de Einstein?

Visto en Tecnociencia

2 comentarios:

raindrop dijo...

Ese E=mc2 llegaría a convertirse en algo tan terrible, que no me extrañaría que Einstein tuviera serios problemas para conciliar el sueño muchas noches.
Da pena pensar lo terribles que podemos ser los seres humanos; pero si atendemos al desarrollo tecnológico de nuestra civilización, comprobamos que está basado en los conflictos bélicos (un sólo ejemplo: el desarrollo de la aviación desde el 'cacharro' de los Wright hasta los aparatos actuales, con motivo de cada gran guerra). ¡Qué manía tenemos de aprovecharlo todo para nuestra propia destrucción! Espero que alguna vez cambiemos, pero como decía Einstein, tengo pocas esperanzas.

Besos

Anónimo dijo...

el hombre es la gerra