Llevo todo el día dándole vueltas a la sanción que el Consejo General del Poder Judicial ha impuesto al juez Rafael Tirado, el juez que en el año 2002 había condenado a Santiago del Valle a la pena de dos años y nueve meses de cárcel por abusar de su hija. El problema fué que a este juez se le "olvidó" ejecutar la sentencia, y durante más de dos años Santiago del Valle no fué reclamado para cumplir con la Justicia. En este período de tiempo mató a Mari Luz Cortés.
El juez se excusa diciendo que en su juzgado hay mucho trabajo y pocos recursos, y por lo que veo esto hace que la falta cometida en el ejercicio de su profesión sea considerada como grave, solamente como grave. Al final, le ponen una multa de 1.500 euros, y aquí no ha pasado nada. Como el señor Tirado considera que no ha hecho nada malo va a recurrir esta decisión.
Tiene derecho a recurrir, pero espero que los encargados de juzgar al juzgador aprovechen para deshacer el desatino de castigo que le han impuesto, y se den cuenta que el señor Rafael Tirado ha cometido una falta gravísima. Para él, que no se lo que gana cada mes, pero menos de 2.500 euros o 3.000 euros, no ha de ser, una multa de 1.500 euros es como si fuese un día a cenar e invitase a unos amigos. No le supone ni tan siquiera un quebranto económico, una fruslería comparado con lo que desde la muerte de la niña padecen y padecerán sus padres. Y es que aunque no es responsable directo de la muerte de la pequeña, si su asesino estuviera cumpliendo condena, no habría tenido ocasión de causar semejante mal, quizás hubiera cometido otro, pero ese no.
Ojalá que los componentes de la Comisión Disciplinaria se den cuenta que el corporativismo en estos casos, en lugar de favorecerles les perjudica enormemente.
El juez se excusa diciendo que en su juzgado hay mucho trabajo y pocos recursos, y por lo que veo esto hace que la falta cometida en el ejercicio de su profesión sea considerada como grave, solamente como grave. Al final, le ponen una multa de 1.500 euros, y aquí no ha pasado nada. Como el señor Tirado considera que no ha hecho nada malo va a recurrir esta decisión.
Tiene derecho a recurrir, pero espero que los encargados de juzgar al juzgador aprovechen para deshacer el desatino de castigo que le han impuesto, y se den cuenta que el señor Rafael Tirado ha cometido una falta gravísima. Para él, que no se lo que gana cada mes, pero menos de 2.500 euros o 3.000 euros, no ha de ser, una multa de 1.500 euros es como si fuese un día a cenar e invitase a unos amigos. No le supone ni tan siquiera un quebranto económico, una fruslería comparado con lo que desde la muerte de la niña padecen y padecerán sus padres. Y es que aunque no es responsable directo de la muerte de la pequeña, si su asesino estuviera cumpliendo condena, no habría tenido ocasión de causar semejante mal, quizás hubiera cometido otro, pero ese no.
Ojalá que los componentes de la Comisión Disciplinaria se den cuenta que el corporativismo en estos casos, en lugar de favorecerles les perjudica enormemente.
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