16 diciembre 2008

Una gatada gatuna

Cuando regreso del trabajo mi gato tiene la costumbre de esperarme delante de la puerta y luego se tira al suelo para que juegue con él. Pero ayer no estaba. Me extrañó su desaparición, pero pensé que estaría echando una placentera siesta. Lo inexplicable fué cuando fuí a abrir el frigorífico y no apareció maullando, porque esté donde esté, la apertura de la nevera es como un resorte y siempre aparece.

Fué entonces cuando empecé a preocuparme más en serio. Empecé a llamarlo por toda la casa. Recorrí todas las habitaciones. Exploré todos los rincones "secretos" que suele utilizar. Tiré al suelo su bolita preferida. Abrí las puertas de los armarios. Miré las ventanas y el balcón, no fuera a ser que se hubiera quedado encerrado fuera. Nada. El gato había desaparecido.

Todo lo volví a repetir media docena de veces, aunque a partir de la tercera vez me armé de una bolsa abierta de fiambre de pavo que sólo el olor lo vuelve loquito de contento. Pero no había señales de gato por ninguna parte.

Mi infructuosa búsqueda me llevó a pensar que de alguna forma se había escapado de casa, así que tendría que extender mi radio de búsqueda. En esas estaba cuando de pronto el carrito de la compra, que había dejado aparcado en un rincón de la cocina, empezó a moverse sospechosamente.

Y allí estaba Suco. El muy ladino salió de su escondide desperezándose como si no hubiera pasado nada.



El video es de Simonscat está colgado en YouTube

1 comentario:

raindrop dijo...

jajaja esa última frase es una imagen típica. Ya me lo imagino, ya. ¿Cómo harán para encontrar siempre un lugar que sorpenda?
Menuda siesta se estaría echando, para que no funcionaran los recursos supremos: nevera, fiambre...

besos